viernes, 21 de noviembre de 2008

Conclusión

Como conclusión de este trabajo escribí estas líneas que imprimí y colgué junto con las obras.
…nos pasamos gran parte de nuestra vida artística y personal proyectando, esbozando y ensayando soluciones prácticas o no prácticas, a las ideas que creemos tener dando vueltas en la cabeza.
A lo largo de este trabajo, me vengo enfrentando con la obra en una relación no de proyecto a concretar, ni en un diálogo unilateral.
Tampoco con planteos estrictos, ni de resistencia frente al material, como si se tratara de un animal por domar, sino por el contrario me encuentro con el material en un diálogo de entrega absoluta. Buscando la actitud silenciosa, la del escucha.
Partí de un dibujo sugerido por una mancha, una mancha incluso inesperada.
Al trasladar esa mancha al espacio me encontré con una forma de actuar, diría yo, de docilidad frente al material. Dejando que predomine el hecho accidental, y dando lugar a una actitud cómplice con lo que sugiriere lo gestual.
Mi objetivo fue perder el miedo a lo inesperado. Inesperado que aparece a cada instante en el acto espontáneo. Perder el vértigo al vacío de no saber que sigue, y a su vez zambullirme en el instante con apenas sugerencias como lineamientos esenciales.
Entregarme al material y confiar. Confiar en lo que ya está hecho como antecedente. Como dijo Modigliani cuando se refiere a su propia obra :
“Cada obstáculo que sobrepasamos significa un afianzamiento de nuestra voluntad y una reafirmación vital en nuestra inspiración de cara al futuro”.
Reconozco a lo largo de la elaboración de este trabajo esa constante reafirmación de la que habla Modigliani, y que me conduce a través de lo gestual a la confirmación de un lenguaje propio.

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